El cruce de culturas
La cerámica desde China llegó a Europa con una particularidad, su sofisticación creó un gran atractivo el cual se tradujo en símbolo de estatus.
Marco Polo fue el primero en denominar a esos objetos elaborados con arcilla blanca como Porcelana, que en italiano designa una concha traslucida.
Su misterioso atractivo es la combinación de una aparente fragilidad junto a si reluciente dureza.
El intercambio comercial de la cerámica china tuvo su auge en el siglo XVII, se popularizaron su estilo y sus motivos, hasta el punto que en Europa empezaron a imitar las piezas orientales.
Es por su gran impacto cultural, que en el mercado de antigüedades y objetos, se cotizaron como piezas de colección, símbolo de riqueza y poder.
Sus precios eran altísimos, a tal punto que se lo llamaba “oro blanco”.
La cerámica desde China llegó a Europa con una particularidad, su sofisticación creó un gran atractivo el cual se tradujo en símbolo de estatus.
Marco Polo fue el primero en denominar a esos objetos elaborados con arcilla blanca como Porcelana, que en italiano designa una concha traslucida.
Su misterioso atractivo es la combinación de una aparente fragilidad junto a si reluciente dureza.
El intercambio comercial de la cerámica china tuvo su auge en el siglo XVII, se popularizaron su estilo y sus motivos, hasta el punto que en Europa empezaron a imitar las piezas orientales.
Es por su gran impacto cultural, que en el mercado de antigüedades y objetos, se cotizaron como piezas de colección, símbolo de riqueza y poder.
Sus precios eran altísimos, a tal punto que se lo llamaba “oro blanco”.
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